Necesario, actuar rápidamente ante violencia contra mujeres, insta Conavim
Villahermosa,
Tab., 24 de junio de 2002. No.-
057.
Necesario, actuar rápidamente ante
violencia contra mujeres, insta Conavim
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Balbina
Hernández Alarcón, funcionaria de Segob, indicó que las agresiones tienen
muchas vertientes y se deben atender, prevenir y sancionar
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Imparte
videoconferencia Violencia contra las
mujeres en el confinamiento, a personal del Poder Judicial de Tabasco; la
educación es esencial
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Siete
de cada diez mujeres sufre algún tipo de violencia en su vida, refiere el INEGI
La
violencia contra las mujeres tiene muchas vertientes y las instituciones deben
trabajar al unísono en actividades de atención, prevención y sanción, afirmó
Balbina Hernández Alarcón, directora de la Unidad de Igualdad de Género, de la
Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres
(Conavim), quien se pronunció por que los procedimientos se efectúen con mayor
celeridad y se actúe rápidamente para garantizar a las féminas una vida libre
de violencia.
Con
la videoconferencia Violencia contra las
mujeres en el confinamiento, impartida por la funcionaria de la Secretaría
de Gobernación (Segob), el Tribunal Superior de Justicia de Tabasco continuó el
proceso de capacitación y sensibilización de los servidores judiciales en
cuanto a este flagelo que afecta principalmente a mujeres, niñas y niños.
A
través de la Unidad de Igualdad de Género y Derechos Humanos, la institución encabezada
por el magistrado Enrique Priego Oropeza lleva a cabo conferencias y talleres con
apoyo de tecnologías de la información durante la emergencia sanitaria y
adicionalmente, cumple protocolos de salud para los participantes.
La
funcionaria federal indicó que la violencia familiar se ha incrementado en la
medida de que se ha hecho visible, las mujeres identifican este problema y lo
denuncian, y al haber denuncia se puede medir mediante estadísticas.
Antes
no era costumbre denunciar la violencia porque no se consideraba como tal, las
mujeres tenían que aguantar, disciplinarse o aceptar ese tipo de relaciones, “pero
cuando identificas que no es normal, tanto hombres como mujeres cambian de
pensar y por lo tanto puede incluso encontrar espacios dónde pueden denunciar”, sostuvo.
Explicó
que cuando hay denuncia los servidores públicos tienen instrumentos para documentar la información,
por ejemplo el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) señala que
siete de cada diez mujeres vive algún tipo de violencia en todo su ciclo de
vida, desde que nace hasta que muere.
Y
son estos datos los que permiten ver que el problema no es privado, es un
problema social que el Estado debe atender a través de sus dependencias, desde
la prevención, la atención directa de la violencia contra las mujeres y en el
caso del Tribunal, garantizar el acceso a la justicia de quienes han vivido o
están en situación de agresión.
Por
ello, más que datos estadísticos es necesario establecer la responsabilidad del
servicio público para evitar que las mujeres sigan sufriendo maltrato, a través
de sanciones adecuadas, impartir la justicia en general, imponer medidas de
protección, para lo cual hay que entender la problemática, puntualizó la
funcionaria federal.
Resaltó
que debemos conocer cómo se registra el ciclo de la violencia en la relación
familiar, porque a veces las mujeres dicen: "Ya me pidieron perdón voy a
regresar con él" y entonces vuelven a agredirlas y esta violencia se va
haciendo más intensa y el ciclo se va haciendo más chiquito, lo que puede
terminar en consecuencias fatales.
Si
todo mundo, entre ellos los servidores públicos, entendemos esta información,
estamos capacitados para identificarla, para garantizar en el marco de la Ley
el Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, en la medida de que cada quien haga su parte
se puede ir erradicando esta problemática multifactorial, aseveró.
Educar para la paz
Cuestionada
sobre si es cierto que la violencia se ha incrementado a raíz del confinamiento
provocado por la pandemia del covid-19, la consultora en género, derechos humanos
y políticas públicas, detalló que no se tiene el dato exacto en qué porcentaje
se haya incrementado en los últimos meses, porque ésta se mide por variables.
Por
ejemplo, con las llamadas de las mujeres y por otra parte las denuncias, pero
ahora por el mismo confinamiento las mujeres no pueden ir a denunciar una
situación de violencia, muchas están en espacios reducidos y es complicado para
ellas llamar, de ahí que haya muchas variables que podrían trastocar la
información exacta de lo que está pasando. Y además se suspendió el censo de
población que arrojaba muchos datos a
estos temas, que son datos oficiales, mencionó.
Empero,
no descartó que las relaciones cambiaran a partir del confinamiento. Muchos de
los hogares eran usados como dormitorios, más en las ciudades grandes donde se
iba toda la familia, los niños a la escuela, el hombre a trabajar. Y de la
noche a la mañana se tuvieron que mantener todos en el mismo espacio y si ya
tenían relaciones violentas o violentaban a las mujeres en ese hogar, el
confinamiento permite que existan condiciones para que se haga más evidente.
"No
dudo que haya situaciones que se hayan puesto en tensión y la violencia es más
sofisticada, la psicológica, patrimonial, económica, que no son tan evidentes
porque no implican golpes o daño físico, sino son las otras violencias que no
son tan visibles y que generan problemas de conducta, de autoestima baja o
inseguridad", apuntó.
En
los casos de mujeres, niños y niñas, éstos últimos que ahora están en un
espacio donde tienen posibilidades desahogar sus actividades y su energía, es
muy probable que si ya viven violencia o una situación de violencia es probable
que se haya incrementado, dijo.
Se
ha incrementado --aseguró--, porque no se ha logrado cambiar estas ideas de que
los hombres son los que mandan, los que tienen la última palabra, la capacidad
de decisión sobre lo que diga y piensan las mujeres. Es un problema cultural
que debe ir cambiando con las nuevas generaciones, agregó.
Balbina
Hernández manifestó que se sigue arrastrando la creencia de que las mujeres no
tienen capacidad de decisión o de decidir en cosas que les incumben, como las
familias, hijos, propiedades, su cuerpo. Pero se tiene que estar combatiendo
constantemente para garantizar que las mujeres estén en condiciones de ejercer su
libertad como personas autónomas.
Advirtió
que el problema de la violencia no se resuelve nada más con la sanción de un
caso o las conductas reiteradas. Es no permitir agresiones, en ningún momento,
en relaciones laborales, familiares y de la sociedad y eso nos incumbe a todos
como ciudadanos, a los trabajadores del gobierno local o federal, incumbe a
todas las personas que ostentan un cargo, así como la formación de las nuevas
generaciones, de educar de otra manera, subrayó.
Es
un tema delicado de muchas vertientes, porque a veces no se ven los otros tipos
de agresiones, las más sofisticadas que se hacen con una mirada, un regaño, no
permitir hacer tal o cual actividad, quitar propiedades, salarios a una persona,
observó.
Comentó
que toda esta radiografía de violencias que analizó con los servidores públicos
del Poder Judicial tabasqueño fue para identificar tipos y modalidades conforme
a lo que dice la ley, así como la manera en que se presentan en los ciclos de
vida y espacios, y actuar en consecuencia.
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