Clausura Enrique Priego segundo periodo de labores del Poder Judicial
Villahermosa,
Tab., 13 de diciembre de 2019. No.-
153.
Reconocen vocación
ética
y profesionalismo en Poder Judicial
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El presidente del TSJ, Enrique Priego Oropeza, clausuró segundo periodo de
actividades de la institución
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Con representantes de los poderes Ejecutivo y Legislativo, entregó
reconocimientos y estímulos a 211 trabajadores con 15, 20, 30 y 40 años de
servicios
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Designan a Pablo Magaña Murillo como juez del año del Tribunal Superior de
Justicia
Con el reconocimiento a la labor de Pablo Magaña Murillo como juez del año,
el presidente del Poder Judicial, Enrique Priego Oropeza, clausuró este viernes
el segundo periodo de actividades de la institución y entregó estímulos y
reconocimientos a 211 trabajadores que acreditaron 15, 20, 30 y 40 años de labores,
para incentivar a quienes se han dedicado a servir a los tabasqueños “con
vocación ética y espíritu de superación y profesionalismo”.
Con el subsecretario de Desarrollo Político, Juan Manuel
de la Fuente Colorado, y el diputado Jesús de la Cruz Obando, quienes acudieron
en representación de los poderes Ejecutivo y Legislativo, Priego Oropeza dio a
conocer que por acuerdo de los plenos del Tribunal Superior de Justicia y el
Consejo de la Judicatura se otorgó el galardón como juez del año a Magaña
Murillo, el cual también recibió estímulo por 40 años de servicio.
El galardón por cuatro décadas de servicio fue conferido además
a los jueces Dalia Martínez Pérez, Joaquín Baños Juárez y Víctor Manuel
Izquierdo Leyva, así como la directora general de administración del sistema
penal acusatorio, Guadalupe Cadenas Sánchez. En total, 13 jueces y juezas
recibieron galardones por antigüedades de 20, 30 y 40 años de servicio.
Hoy galardonamos a aquellos que determinaron dar lo mejor
de sí en el desempeño de sus funciones diarias, dar su mejor gesto con la
calidad y calidez que nos ha distinguido, dijo el magistrado Priego Oropeza, que
a su vez, fue reconocido por la magistrada Martha Patricia Cruz Olán, debido a
que giró instrucciones para entregar estímulos a los trabajadores que lo merecían, pero no los recibieron durante dos
años anteriores.
Galardonamos la perseverancia, la tenacidad y la
dedicación de los servidores judiciales, apuntó el presidente del tribunal
tabasqueño, y comentó que la entrega de retribuciones, pequeñas pero
significativas, brinda unión y orden a la convivencia diaria en la institución.
Honrar honra, manifestó ante la coordinadora del
Voluntariado, Mercedes Segura de Priego, magistrados y consejeros de la Judicatura,
y aseveró que la institución está empeñada en consolidar la atención de calidad
a los justiciables, más armónica, más justa, tal como demanda la sociedad
tabasqueña.
Poco antes de entregar un estímulo post mortem a la
secretaria ejecutiva Virginia Sánchez Acosta --el cual recibieron sus dos
hijos--, subrayó que actuar con ética y
honestidad lleva siempre a obtener recompensas y esto es amplificado si se
tiene la mirada puesta en el bien común.
“La ética nos impulsa a mejores lugares y la honestidad
nos conduce a la consecución de la justicia”, estableció al puntualizar que los
estímulos se los ganaron a pulso conserjes, actuarios, mecanógrafos,
proyectistas de jueces, jueces, secretarios de estudio y cuenta, magistradas y
personal administrativo, a los que exhortó a no alejarse de su propósito como
servidores judiciales.
Pablo Magaña Murillo indicó que suma cerca de 53 años de
servicio debido a que ingresó al Poder Judicial hace cinco décadas, pero hubo
un lapso en que se incorporó a la Procuraduría de Justicia de la entidad
durante la gestión de Gregorio Merino Bastar, el cual lo invitó a colaborar
como agente del Ministerio Público en Tacotalpa, y al concluir su encomienda
volvió al tribunal.
Visiblemente emocionado se dijo orgulloso de haber sido agente
del Ministerio Público, pero más de formar parte del Poder Judicial, donde ha
aplicado sus conocimientos con justicia. Alentó a los juzgadores a seguir
transitando por la senda de la rectitud porque “formamos parte de la casa de la
justicia y no de la injusticia”.
Sostuvo que Dios es el que inspira al hombre para hacer
las leyes y por eso hay que respetarlas, acatarlas y no dar órdenes contrarias.
Pablo Magaña reconoció la labor del magistrado Enrique
Priego, a quien conoce desde que estudiaron juntos la universidad y nunca le ha
pedido cosas contrarias a la justicia.
En tanto, Juan Manuel de la Fuente Colorado relató que
hace 18 años, durante la gestión de Priego Oropeza como gobernador de Tabasco,
él fungió como oficial mayor en el Tribunal Superior de Justicia.
Desde esa época, con el apoyo de don Enrique Priego se registró
un parteaguas en la impartición de justicia y mejora de la infraestructura, por
lo que se declaró honrado de acompañarlo en la entrega de reconocimientos a los
trabajadores del Poder Judicial, donde existe trabajo comprometido, con respeto
y sensibilidad hacia la sociedad tabasqueña.
A nombre del gobernador Adán Augusto López, De la Fuente
Colorado puso sobre relieve el esfuerzo de los integrantes del Poder Judicial en
el ánimo de proseguir impulsando lo que
la sociedad requiere: impartición de justicia, con plena honestidad. Destacó que
en la institución existen jueces, magistrados y empleados administrativos que trabajan con la honradez por delante.
A redoblar esfuerzos: Romero Tequextle
“Agradecemos este
gesto de calidez y sensibilidad hacia los integrantes de esta institución”,
expresó Martha Patricia Cruz, quien inició funciones en el Poder Judicial hace
tres décadas como mecanógrafa y fue ascendiendo en el escalafón hasta llegar a
ser jueza de primera instancia durante 18 años y hace cinco años, magistrada en materia civil.
Estimuló
a sus compañeros a seguir en la línea de combate para administrar justicia, con
libertad, y resaltó el compromiso del también titular del Consejo de la
Judicatura por enaltecer y dignificar la labor del Tribunal Superior de
Justicia, y darle el valor que verdaderamente merece en beneficio de los
tabasqueños.
La magistrada Cruz Olán, quien recibió un reconocimiento
por 30 años de labores, agradeció la distinción y se declaró orgullosa de ser
parte de “la
gran familia del Poder Judicial”.
Las
preseas tienen valor institucional y estimativo, ya que representan horas de
trabajo, sacrificio personal y familiar, apuntó y afirmó que la honestidad
sustenta la actuación de los juzgadores, y es garantía de que “somos capaces de
realizar resoluciones judiciales confiables y congruentes, acorde a nuestras
convicciones y conocimientos”, y además de que tienen capacidad para brindar el
servicio de administración de justicia con calidez humana, lo que contribuye a
mantener la armonía social.
El magistrado Gregorio Romero Tequextle, presidente de la
primera sala penal, recordó a quienes
con su trabajo e inteligencia en el pasado dieron prestigio al Poder Judicial y
por tanto se les rinde homenaje, y pidió entender que en el presente, en el
marco de la austeridad republicana, debemos redoblar esfuerzos para cumplir con
honorabilidad, eficiencia y oportunidad los deberes aceptados al protestar el
cargo que asumieron.
Romero Tequextle explicó que los estímulos que se
entregaron hoy tienen su sustrato legal en el artículo 308 de la Ley Orgánica
del Poder Judicial.
Al
premio por méritos se le asignó el nombre de Juan Antonio Ramos Jiménez; al
estímulo por 15 años de trabajo se denominó Licenciado Trinidad González
Pereira, al de 20 años se le nombró Doctora Guadalupe Cano de la Cruz y al de
30 años se designó Licenciado Antonio Suárez Hernández. Finalmente al de 40
años de servicio se le llamó Licenciado Eduardo Alday Hernández.
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